
El ganador del Pritzker 1988, diseñó por encargo de Hugo Chávez un monumento a Simón Bolívar de 170m de largo y 110m de alto. Como es costumbre en Niemeyer, el proyecto se basa en formas puras y simples, y grandes luces. En este caso, sería la estructura volada en hormigón más grande del mundo.
Según Niemeyer, el monumento salió de un comentario hecho por Chávez cuando éste visitó al arquitecto en su casa, el pasado 19 de enero en Río de Janeiro, después que el presidente venezolano participara en la Cumbre de presidentes de Mercosur (Mercado Común del Sur). “Al día siguiente no sé por qué me surgió la idea de realizarlo”, comentó el arquitecto. “Está apuntando para Estados Unidos”, comentó al diario al asegurar que la pieza no representa un lanzador de misiles sino una metáfora de la posición de confrontación asumida por Chávez en relación a Estados Unidos y al Gobierno de Bush.
Una flecha que apunta a EEUU. (El País)
Comentarios
Publicar un comentario