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El día que derribemos los puentes

Transitar hacia una ciudad con movilidad sustentable implica un proceso de reflexión que re-analice casi todos los conceptos que damos por sentados. Que procuremos entender de donde provienen y como es que llegamos a creer eso. La aparición del automóvil en las ciudades no solo transformó físicamente todo el espacio público sino que además cambió lo que creemos que es justo y lo que no. El auto impuso sus normas y hoy pareciera que al crear normas para promover otros transportes tendríamos que tomar las suyas como si estas fueran universales. Y no lo son. Al usuario de una bicicleta, por ejemplo, no se le tiene porqué imponer ninguna obligación que responda a cuidarse de la peligrosidad que en la calle provocan los carros. Hay una tendencia retrógrada a creer que el ciclista debe hacer cosas como: circular con chaleco reflejante para que lo vean los autos; detenerse en semáforos en rojo diseñados para la capacidad de arranque de un automóvil; disfrazarse de robo-cop para e
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Educación, democracia y deseo

Si ganas 10,000 pesos mensuales y rentas un departamento de 9,800 pesos al mes, seguramente el resto de tus gastos se verán limitados al grado de no poder sostener semejante capricho, ya que tendrás que comer y realizar otros gastos indispensables. Esto se conoce como in-sustentabilidad y es lo mismo que sucede con las ciudades.  La ciudad del futuro requiere, solo para ser posible, cambios sustanciales en su estructura general. Estos cambios incluyen procesos polémicos como la densificación urbana, la disminución de superficie vial para automóviles y el establecimiento de usos mixtos por doquier. Pero para poder llegar a ello se requiere pasar por una serie de procesos de planeación y consultas –tipo el tinglado actual en torno a los planes parciales de Guadalajara- que solo suelen distanciarnos del objetivo y distorsionar los hechos.  Necesitamos educación para lograr que el ciudadano común entienda la problemática que la ciudad enfrenta. La ciudad expandida que tenem

El Día sin Autos del 2015

¿Usar el automóvil es nocivo para la ciudad? Habrá algunos tibios que contestarán que no siempre, que es necesario, que todo el mundo lo usa.  Pero la respuesta debe ser, siempre, sí, el uso del automóvil es invariablemente nocivo para la comunidad. Invariablemente invade espacio público de los demás, invariablemente emite sustancias tóxicas (muchísimas más que los cigarrillos por ejemplo), invariablemente genera ruido, invariablemente incrementa la posibilidad de accidentes en la vía pública, invariablemente consume recursos que la humanidad necesita para otras cosas.  El Día sin Autos es un ejercicio de reflexión que nos permite entender colectivamente los efectos nocivos del uso del automóvil, más allá de la constante repetición de la mentirosa publicidad que nos vende estatus, velocidad y confort. ElDía sin Autos nos permite pensar, desde valoraciones objetivas, las políticas públicas que esta sociedad debería impulsar en materia de movilidad.  En ese sentido, e

Día sin autos

Desde los años 70s comenzaron las primeras críticas al modelo urbano que privilegia el uso del automóvil, pero fue hasta 1994 cuando, a propuesta del activista Eric Britton en la conferencia de ciudades accesibles en Toledo, se planteó la posibilidad de efectuar un “día sin auto” con el fin de concientizar a la población de las problemáticas que el tráfico automotor provoca.  El 22 de septiembre de 1994, Reykjavik, La Rochelle y Bath, se convirtieron en las primeras ciudades en llevar a cabo la iniciativa. Tres años después todo Reino Unido la aplicaría y a partir del año 2000 la World Carfree Network comenzaría su promoción a nivel internacional.  Desde entonces, decenas de ciudades se han sumado a la iniciativa de diferentes formas: desde la organización de foros para incrementar el conocimiento en el tema, hasta prohibiciones totales a la circulación de automóviles.  Para Guadalajara, la fecha tiene un gran peso simbólico. El 22 de septiembre del 2007 el ejercicio

Un paseo… ¿en moto?

Hace unos 7 años, poco más o poco menos, nuestra ciudad comenzó a acostumbrarse a las dinámicas urbanas que los paseos ciclistas comenzaron a normalizar.  El mal llamado movimiento ciclista; que es más, una serie de organizaciones buscando consolidar una movilidad urbana sustentable para la ciudad, que solo “ciclistas”; logró en aquel entonces evidenciar lo que sucedía en la calle: el ejercicio del secuestro diario a que es sometida por la presencia de automotores y las diferencias entre un recorrido en auto y uno en bicicleta.  Los paseos nos llevaron a cuestionarnos sobre ¿Qué ciudad queremos tener? ¿De quién es la calle? ¿Puede una bicicleta transitar con seguridad en el espacio vial?  La provocación que lograron y las cuestiones fundamentales de sus planteamientos han sido esenciales para construir la idea de la ciudad que queremos tener. Si bien algunos se salieron de control por un tiempo y no en todos los casos prevaleció el orden, la inmensa mayoría lograro

Espacio público, ciudadanía participativa y movilidad

El siguiente texto es al que dí lectura en mi participación en la mesa redonda "Espacio público, ciudadanía participativa y movilidad" donde compartí el foro con Alfredo Hidalgo, Mario Silva y Mariano Beret y que fue moderado por Carlos Lopez Zaragoza en el Tecnologico de Monterrey, campus Guadalajara el 09 de septiembre del 2014 como parte del congreso de formación ética y ciudadana de la misma universidad: Por millones de años la humanidad no ha podido encontrar la respuesta a la que quizá sea la pregunta más intrigante de todas: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?  Democracia no es el juego idiota entre partidos para conseguir el voto de las mayorías. Los sistemas electorales liberales nos han convertido en sociedades oscuras de seres resignados que, desconectados unos de otros, somos incapaces de entender y menos aún de resolver nuestros problemas y nuestras necesidades. Nos hemos convertido en meros espectadores.  Las masivas transformaciones so

Una primera dosis de esperanza

Cualquiera que sigue con atención los medios locales y entiende medianamente del acontecer social y político de Guadalajara sabe que desde el 2007 una serie de organizaciones de la sociedad civil han surgido en torno a temas de carácter urbano, más específicamente, en materias vinculadas a la movilidad sustentable y aún más a la promoción del uso de la bicicleta como medio de transporte.  Me ha tocado la suerte, y en muchos casos el honor, de conocer a decenas de personas dispuestas a casi cualquier cosa por mejorar las condiciones de movilidad y los entornos urbanos de nuestra ciudad. Activistas, ciclistas, técnicos, consultores, académicos, comunicadores y hasta funcionarios públicos me han dejado intuir un buen futuro para una ciudad que no podría ser querida de mejor manera. Sin interés político real o económico, en la mayoría de los casos, he sido testigo de cómo las organizaciones han, no solo desarrollado los procesos de organización detrás de un simple paseo ciclist