Cierta noche me encontraba en Boca do Acre, en plena selva amazónica, en la celebración de una comunidad eclesial de base. Doña Raimunda, madre de seis hijos, cuyo marido se había ido a la Transamazónica en busca de trabajo -donde estuvo cuatro años sin dar señales de vida (y ella supo que él había constituido allá otra familia)-, dijo en la misa, en el momento de la oración de los fieles: “Quiero agradecer a Dios por haberme dado otro marido que es un padre bondadoso para mis hijos”. Doña Raimunda se unió a otro hombre que la ayudaba en la sobrevivencia y en la educación de los hijos en una situación de extrema penuria. ¿Debería decirle que no se acercara a la mesa eucarística? En aquel momento el papa Juan Pablo II, de visita en Chile, daba la comunión al general Pinochet. LEER.
Según su currículum Fernando Malkúm nació en Barranquilla, Colombia, hijo de padres libaneses, estudió Arquitectura en la Universidad de los Andes, en Bogotá, además de ser discípulo de la Universidad del Amor de Gerardo Schmedling. Pero según se lee, su fuerte es la producción de documentales para la divulgación pseudo-científica y conferencias magistrales con este mismo y loable propósito. En una crisis existencial vinó a México, a Chichen Itzá, a cubrir el evento de una convención de chamanes y de ahi sacó la información para sus profecías, pero me estoy adelantando, mejor sigamos con la historia. Entre 1979 y 1987, produjo varios programas de televisión para el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá y algunas estaciones de televisión, y dirigió varios comerciales para agencias de publicidad. Entre 1988 y 1993, produjo algunos documentales de 25 y 50 minutos de duración. Pero en 1999 aparece el documental que lo lanza a la fama: Los dueños del tiempo. Las Siete Profecías Mayas . N
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