La ciudad del futuro no es la que Spielberg imaginaría para una de sus películas, porque el paisaje será muy parecido al actual. Los grandes cambios, quizá inapreciables a la vista, construirán una ciudad más humana por cuyas venas correrá, indiscutible, Internet. Inteligentes sistemas de comunicación permitirán un tráfico rodado más fluido y una información precisa en casa, en el coche, en la parada del autobús. Así lo ven y así lo están diseñando los expertos del emblemático Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): pelotas que siguen el pie del niño, coches apilables, edificios con sensores... La ciudad inteligente desbancará a las urbes industriales, pero sin sobresaltos estéticos. Blade Runner todavía no es el futuro.
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Según su currículum Fernando Malkúm nació en Barranquilla, Colombia, hijo de padres libaneses, estudió Arquitectura en la Universidad de los Andes, en Bogotá, además de ser discípulo de la Universidad del Amor de Gerardo Schmedling. Pero según se lee, su fuerte es la producción de documentales para la divulgación pseudo-científica y conferencias magistrales con este mismo y loable propósito. En una crisis existencial vinó a México, a Chichen Itzá, a cubrir el evento de una convención de chamanes y de ahi sacó la información para sus profecías, pero me estoy adelantando, mejor sigamos con la historia. Entre 1979 y 1987, produjo varios programas de televisión para el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá y algunas estaciones de televisión, y dirigió varios comerciales para agencias de publicidad. Entre 1988 y 1993, produjo algunos documentales de 25 y 50 minutos de duración. Pero en 1999 aparece el documental que lo lanza a la fama: Los dueños del tiempo. Las Siete Profecías Mayas . N
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