
la fotógrafa estadunidense Nina Berman comenzó retratando a los heridos en Irak, poco después de la invasión de 2003, pero prefirió no fotografiarlos en el hospital sino en sus casas, a menudo en pequeñas ciudades de Estados Unidos.
Los héroes de Berman son héroes anónimos, héroes despojados de épica y fanfarria, que no tienen dinero para llamar al hospital y agonizan en un catre con los intestinos repletos de metralla, como Tyson Johnson III, que trabajó en la prisión de Abu Ghraib, y que ahora carga con un 100% de invalidez tras un ataque de la insurgencia iraquí.
“Es muy difícil diferir la idea de que la guerra es aceptable cuando uno ve el daño que provoca a los seres humanos.”
VER el portfolio de Nina Berman
Los héroes de Berman son héroes anónimos, héroes despojados de épica y fanfarria, que no tienen dinero para llamar al hospital y agonizan en un catre con los intestinos repletos de metralla, como Tyson Johnson III, que trabajó en la prisión de Abu Ghraib, y que ahora carga con un 100% de invalidez tras un ataque de la insurgencia iraquí.
“Es muy difícil diferir la idea de que la guerra es aceptable cuando uno ve el daño que provoca a los seres humanos.”
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