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El minimalismo.

El minimalismo no es la arquitectura de la abnegación, la privación o la ausencia: no viene definido por lo que falta, sino por el carácter acertado de lo que está presente y por la riqueza con la que se experimenta.

La gente tiende a centrarse en la idea de la renuncia, como si, en cierto modo, se tratara sólo de deshacerse de los muebles y pintar las paredes de blanco. De este modo se pasa por alto el rigor del pensamiento que subyace a la propuesta.

El hecho de poner énfasis en la calidad de la experiencia es importante. Algunas personas parecen pensar que la única función que el individuo tiene en semejantes espacios es la capacidad de contaminar. En el tipo de obra que me interesa ocurre precisamente lo contrario: el individuo siempre está en el centro.

LEER. La expresión sencilla del pensamiento complejo por John Pawson.


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