El éxito del sistema público de alquiler de bicicletas en ciudades como París y Barcelona ha motivado que Londres quiera una para sus ciudadanos. El alcalde de la capital británica, Ken Livingstone, anunció el viernes, según The Guardian, que va a encargar un informe para estudiar el ejemplo de las ciudades en las que ya funciona, como Lyon, Bruselas, Viena, Berlín, Múnich, Oslo y Copenhague. Su modelo inmediato será el de París, que ha distribuido 10.000 bicicletas en 750 puntos, al precio de 1 euro por media hora. La red parisiense, Velib, la mantiene la empresa JC Decaux, que obtiene derechos para espacios publicitarios a cambio de no cobrar al Ayuntamiento. En Barcelona, la red Bicing funciona desde el pasado 22 de marzo con abonos semanales (1 euro) y anuales (24 euros). Cuenta con 1.500 bicicletas y 100 puntos de alquiler (el Consistorio ha anunciado que doblará las cifras a finales de 2007). Livingstone ha añadido que el Ayuntamiento diseñará una red que se adecue a las necesidades y la geografía de Londres, con unos 8.500.000 habitantes en su área urbana.
“Todo empezó buscando información sobre estas dos enfermedades. Así me entere de los sitios pro-anna y pro-mia. Empecé a leer y a leer, a ver fotos (las llamadas “Thinspirations”). Y fui cayendo en la trampa. Ahora no veo la hora de llegar a mi meta: pesar 45 Kg. Sé que suena poco, mido 1.60 m. Pero es algo que no puedo dejar de pensar. Cada vez como menos. Con cada gramo que bajo al día, me sobreviene una felicidad enorme”. Este es un fragmento de una conversación entre las miles de adolescentes, que utilizan las paginas webs ”pro-anna” (pro-anorexicas) y “pro-mia” (pro-bulímica) que proliferan por Internet, en las que se promueven estos trastornos alimenticios y los convierten en una forma de vida marginal, no aceptada por la sociedad. LEER 1ra PARTE. LEER 2da PARTE.
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