Ir al contenido principal

Poder Chino.

China y el equilibrio del terror financiero.
Estados Unidos y China están amarrados por un dilema semejante al equilibrio del terror nuclear, pero esta vez aplicado a las finanzas internacionales: el primero es el deudor más grande del mundo, mientras el segundo es su acreedor más importante.
El déficit en la cuenta corriente estadunidense aumenta cada mes a paso vertiginoso. Eso hace que crezcan los temores sobre el valor del dólar o, para ser más precisos, sobre la duración de la calma antes de la tormenta. En efecto, un escenario en el que se produzca la fuga frente al dólar y todo mundo quiera cambiarlos por otro tipo de activos o divisas no es impensable. En ese contexto, surge la gran pregunta: ¿estaría China interesado en detonar ese proceso?
China tiene reservas por 1.3 billones de dólares. De ese monto, aproximadamente 900 mil millones se encuentran en una mezcla de títulos y bonos del Tesoro estadunidense. Cualquier movimiento en el sentido de deshacerse de esta masa de recursos denominados en dólares provocaría el desplome de la divisa verde, un alza en las tasas de interés en Estados Unidos y causaría una severa recesión en ese país. La estabilidad misma de la economía mundial estaría en juego.
LEER.

El yuan no es un juguete.
¿Encubre una guerra comercial el rigor de que hacen gala en las últimas semanas las autoridades chinas y norteamericanas o incluso hay más? En nombre de la siempre sana protección de los consumidores, unos y otros (también japoneses y europeos, pero en menor medida) se han enzarzado en un rifirrafe de consecuencias imprevisibles. La mala imagen de los productos fabricados en China parece extenderse por Estados Unidos y buena parte del mundo. Y es verdad que algunos productos made in China pueden presentar una calidad más que mediocre y los controles existentes en el país en materia de seguridad alimentaria pueden ser flojos y no del todo exigentes. Pero también lo es que parte de la responsabilidad recae en los deficientes controles de calidad de las empresas occidentales establecidas en dicho país, al parecer mucho más preocupadas por maximizar sus beneficios a toda costa.
LEER.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Fernando Malkúm: el creador del fraude de las 7 profecías mayas.

Según su currículum Fernando Malkúm nació en Barranquilla, Colombia, hijo de padres libaneses, estudió Arquitectura en la Universidad de los Andes, en Bogotá, además de ser discípulo de la Universidad del Amor de Gerardo Schmedling. Pero según se lee, su fuerte es la producción de documentales para la divulgación pseudo-científica y conferencias magistrales con este mismo y loable propósito. En una crisis existencial vinó a México, a Chichen Itzá, a cubrir el evento de una convención de chamanes y de ahi sacó la información para sus profecías, pero me estoy adelantando, mejor sigamos con la historia. Entre 1979 y 1987, produjo varios programas de televisión para el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá y algunas estaciones de televisión, y dirigió varios comerciales para agencias de publicidad. Entre 1988 y 1993, produjo algunos documentales de 25 y 50 minutos de duración. Pero en 1999 aparece el documental que lo lanza a la fama: Los dueños del tiempo. Las Siete Profecías Mayas . N

El día que derribemos los puentes

Transitar hacia una ciudad con movilidad sustentable implica un proceso de reflexión que re-analice casi todos los conceptos que damos por sentados. Que procuremos entender de donde provienen y como es que llegamos a creer eso. La aparición del automóvil en las ciudades no solo transformó físicamente todo el espacio público sino que además cambió lo que creemos que es justo y lo que no. El auto impuso sus normas y hoy pareciera que al crear normas para promover otros transportes tendríamos que tomar las suyas como si estas fueran universales. Y no lo son. Al usuario de una bicicleta, por ejemplo, no se le tiene porqué imponer ninguna obligación que responda a cuidarse de la peligrosidad que en la calle provocan los carros. Hay una tendencia retrógrada a creer que el ciclista debe hacer cosas como: circular con chaleco reflejante para que lo vean los autos; detenerse en semáforos en rojo diseñados para la capacidad de arranque de un automóvil; disfrazarse de robo-cop para e