El Museo Soumaya se comienza a construir en Ciudad de México, en la colonia Irrigación. Es obra de Fernando Romero (Laboratory of Architecture) quien fue miembro del equipo que gano el concurso para la Casa da Musica de Oporto, con OMA. Ha desarrollado proyectos no solo en México, si no que en varias partes del mundo y fue el curador de la muestra Latinoamericana en la pasada Bienal de Arquitectura de Beijing.

El Museo Soumaya alberga a casi 1,600 piezas y ofrece una variedad de plantas donde cada una es única en tamaño y forma: esta singular geometría surge a partir de la rotación y torsión.
La colección requiere ciertas condiciones específicas que garanticen su mantenimiento como; temperatura, iluminación, humedad y seguridad, las que se logran teniendo distintos recintos de exhibición que ofrecen variadas posibilidades de exposición, apertura, cercanía, altura y luz natural.
Cuando uno entra a este museo con 6,000m2 de exhibición, uno circula a través de cinco niveles de exposición por ascensores o escaleras que conectan los pisos, y a través de una de las escaleras se accede al piso superior, el cual albergará la segunda colección más grande de Rodin del mundo, así como una exposición temporal. Este último nivel posee luz natural filtrada a través de un domo, que busca reducir el consumo energético.
El diseño carece de divisiones interiores como muros o columnas, otorgando total libertad para adaptar el espacio a los requerimientos de cada exhibición.
La colección requiere ciertas condiciones específicas que garanticen su mantenimiento como; temperatura, iluminación, humedad y seguridad, las que se logran teniendo distintos recintos de exhibición que ofrecen variadas posibilidades de exposición, apertura, cercanía, altura y luz natural.

Cuando uno entra a este museo con 6,000m2 de exhibición, uno circula a través de cinco niveles de exposición por ascensores o escaleras que conectan los pisos, y a través de una de las escaleras se accede al piso superior, el cual albergará la segunda colección más grande de Rodin del mundo, así como una exposición temporal. Este último nivel posee luz natural filtrada a través de un domo, que busca reducir el consumo energético.
El diseño carece de divisiones interiores como muros o columnas, otorgando total libertad para adaptar el espacio a los requerimientos de cada exhibición.

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