Ir al contenido principal

Una defensa a los pasos peatonales.

Guadalajara, se ha planeado con miopía, desde siempre.
La obsesión hedonista por el consumo y el confort de una sociedad ultra-conservadora que todos los días se debate entre el modelo "iu-es-ei" y la estratificación social heredada de la tradición católica ha llevado a sus habitantes y gobierno a consolidar un modelo de ciudad así: clasista, pro-automóviles, pro-consumo. Nunca debió haber sido así.

Los sistemas de transporte urbano de baja calidad, desde siempre concebidos como herramientas para los pobres, las grandes inversiones en la infraestructura para el trafico automotor, el descuido total de la mayor parte de las circulaciones peatonales y la inexistencia de alternativas viales (como podrían ser por ejemplo las ciclo vías) han ido orillando a Guadalajara al menos desde hace 40 años a convertirse en una ciudad de autos, una ciudad no sustentable y altamente contaminante.

Recuerdo al menos una excepción: los pasos peatonales frente a Plaza del Sol.

En mis tiempos de estudiante, debía recorrer toda la avenida López Mateos para llegar a la Universidad, me toco sufrir las construcciones de los túneles vehiculares, los desvíos del tráfico y los consecuentes embotellamientos. Primero la ampliación del túnel bajo la minerva para pasar por debajo de avenida México, después el de Mariano Otero y el de Lázaro Cárdenas. Mas recientemente, las obras no se han detenido, el paso bajo avenida de Las Rosas, el túnel en avenida La Calma, el de Manuel Acuña y el de avenida Copernico, se suman al nodo vial en la Glorieta Colon. El dinero invertido en la avenida López Mateos en los últimos veinte años ya habría redituado más ganancias a la ciudad si en lugar de privilegiar el transporte en automóvil se hubiera gastado en la construcción de una linea de tren ligero o metro, que brindara a los habitantes la posibilidad de desplazarse de una manera mas eficiente, menos costosa y sobre todo más ecológica.

Hoy con todo y todo López Mateos esta saturada y cada vez más los embotellamientos y la lentitud con la que se mueve el trafico es mayor incluso que antes de que empezaran las obras. Pero el gobierno insiste en su posición; ahora el embate es contra los pasos peatonales de Plaza del Sol.

Yo ignoro la cantidad de neuronas sanas que tengan los cerebritos de los flamantes planificadores de la Secretaria de Vialidad, pero me parece obvio que la lógica empleada para pensar el proyecto de Viaducto López Mateos es con toda precisión opuesta a la necesaria: esos pasos peatonales, usados por más de 30 años, tan arraigados en el uso diario de miles de peatones, representan precisamente el modelo que Guadalajara debería estar reproduciendo por toda la ciudad.

Una ciudad en la que sus habitantes se puedan desplazar libremente en transporte público, a pie o en bicicleta es definitivamente una ciudad que piensa en su futuro, en su sustentabilidad y en mejorar la calidad de vida de sus habitantes. En lugar de perder el tiempo con soluciones temporales y a todas luces bobas, la planificación vial debería incluir en su análisis, el crecimiento urbano desmedido como raíz del problema; las legislaciones deben contrarrestar el impacto que han ocasionado la proliferación de cotos habitacionales suburbanos especialmente en las zonas de Tlajomulco y Tesistán y sencillamente no permitir ni uno más.

Por otro lado promover la re-densificación de zonas céntricas de la ciudad, que aminora los trayectos urbanos, como el caso de los edificios de departamentos que quieren construir en la avenida Chapultepec, debería ser motivada y promovida con excensiones fiscales para atraer más inversión y habitantes que nunca requerirán desplazamientos tan largos.

Felipeno.

Volverán el próximo sábado las protestas en López Mateos.

La SVT será responsable si peatones sufren accidentes en López Mateos: Alvarez Cibrián.

Viola viaducto derechos humanos.

Comentarios

  1. sólo me hace recordar, algunos de mis amigos y amigas, que llegaban de Europa a estudiar en Guadalajara, pronto quedaban azotados por la necesidad de auto que sentían. Simplemente no podía adaptarse a una ciudad en la que no había un buen servicio de transporte público. Como de paso estaban, imaginaron que sería sencillo, pero el caos en la vialidades era insufrible...

    claro que hay muchas cosas en que ya estuvo bueno de ser eurocentricos o "gringistas"; pero en vialidades y modos de organizar los desplazamientos, si que nos hace falta...

    ¿que pasó con la Guanatos de los tranvías?...

    aún así, y pese a todo, el esfuerzo por quien quiere ser diferente, en una ciudad tan urbe, como la tapatía... debe ser enorme. Defendamos pues los pasos peatonales y busquemos nuevos modos de andar, la ciudad "amable"...

    no?

    ResponderBorrar
  2. Parece que el ayuntamiento tiene un proyecto de re-introducción de tranvías, para Guadalajara, ojala no se quede en buenas intenciones y en realidad lo hagan.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Fernando Malkúm: el creador del fraude de las 7 profecías mayas.

Según su currículum Fernando Malkúm nació en Barranquilla, Colombia, hijo de padres libaneses, estudió Arquitectura en la Universidad de los Andes, en Bogotá, además de ser discípulo de la Universidad del Amor de Gerardo Schmedling. Pero según se lee, su fuerte es la producción de documentales para la divulgación pseudo-científica y conferencias magistrales con este mismo y loable propósito. En una crisis existencial vinó a México, a Chichen Itzá, a cubrir el evento de una convención de chamanes y de ahi sacó la información para sus profecías, pero me estoy adelantando, mejor sigamos con la historia. Entre 1979 y 1987, produjo varios programas de televisión para el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá y algunas estaciones de televisión, y dirigió varios comerciales para agencias de publicidad. Entre 1988 y 1993, produjo algunos documentales de 25 y 50 minutos de duración. Pero en 1999 aparece el documental que lo lanza a la fama: Los dueños del tiempo. Las Siete Profecías Mayas . N

El día que derribemos los puentes

Transitar hacia una ciudad con movilidad sustentable implica un proceso de reflexión que re-analice casi todos los conceptos que damos por sentados. Que procuremos entender de donde provienen y como es que llegamos a creer eso. La aparición del automóvil en las ciudades no solo transformó físicamente todo el espacio público sino que además cambió lo que creemos que es justo y lo que no. El auto impuso sus normas y hoy pareciera que al crear normas para promover otros transportes tendríamos que tomar las suyas como si estas fueran universales. Y no lo son. Al usuario de una bicicleta, por ejemplo, no se le tiene porqué imponer ninguna obligación que responda a cuidarse de la peligrosidad que en la calle provocan los carros. Hay una tendencia retrógrada a creer que el ciclista debe hacer cosas como: circular con chaleco reflejante para que lo vean los autos; detenerse en semáforos en rojo diseñados para la capacidad de arranque de un automóvil; disfrazarse de robo-cop para e