El debate sobre la decisión de eliminar libertades para obtener seguridad es una discusión que se ha dado respecto a múltiples espacios públicos, tanto en nuestro país como en el extranjero; sin embargo, las últimas semanas se ha puesto en marcha en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, un programa que precisamente para combatir la delincuencia y dar seguridad a la ciudad, ha extendido el horario en que los parque se encuentran abiertos, incorporando actividades desde las 19.00 a las 00.00 hrs.
“Proyecto Luces de Verano por la Noche” es el nombre del programa, que se está llevando a cabo entre los meses de julio y septiembre de este año en 8 parques de la ciudad de Los Ángeles [Glassell, Jim Gilliam, Ramón García, Cypress, Mount Carmel, Ross Snyder, Hubert Humphrey, Ramona], ubicados precisamente en los sectores de menores ingresos de la ciudad. El planteamiento es sencillo: se trata de tener actividades para que los jóvenes [entre los que más había aumentado la delincuencia el último tiempo] tengan ocupación durante las últimas horas de la tarde, a la vez que se le entrega a la ciudadanía completa espacios que, mientras se mantienen cerrados, son gobernados por pandillas. De esta manera, ampliando el funcionamiento de los parques hasta medianoche con actividades deportivas, culturales o religiosas, se logran abrir a la comunidad completa, mantener la ciudad activa por más horas y hacer que, precisamente ese movimiento, la vuelva un lugar más seguro.
El impulsor de este proyecto es el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, quien asumió en diciembre del 2005 como el primer latino elegido en ese cargo. El Proyecto Luces de Verano por la Noche fue mirado con escepticismo desde muchos sectores; sin embargo, una serie de cifras, tras un mes de funcionamiento del programa, han validado las ideas de Villaraigosa, ya que durante el mes de julio del 2008 el número de homicidios cayó en 5,2% en la región, y más aún, mientras en la ciudad de Los Ángeles en julio del 2007 hubo 42 homicidios, el mismo mes del 2008 hubo 19.
La política aplicada en Los Ángeles remueve el debate en torno a las políticas de seguridad y de control del espacio público, y se contrapone a las llamadas políticas de “Toque de queda” aplicada en otras ciudades estadounidenses [7 de cada 10 ciudades con más de 100 mil habitantes], donde se restringe la circulación de adolecentes en ciertas horas, u otras similares instauradas en el Reino Unido.
Se trata de un importante cambio de paradigmas en este debate en Estados Unidos, pero también de un caso interesante de observar desde nuestras ciudades. La decisión entre implementar políticas restrictivas materializadas en un candado, o políticas que apunten al incentivo del uso de parque y espacios públicos, si bien ambas tienen por fin último tener ciudades más seguras, no tendrán resultados indiferentes a los principios que las mueven.
Sin duda, por lo demás, que este no es un tema sencillo, y que la reja en sí sola no es ni el problema ni la solución. En ciudades como Buenos Aires se pueden encontrar diversos casos de áreas verdes públicas de gran actividad que tienen una reja alrededor, a la vez que la discusión en relación a la reja del Parque Forestal hizo ver los perjuicios que traería cerrar una de las principales áreas verdes de la capital. El asunto es que si bien no hay una recete para todas las ciudades y espacios, la implementación de planes como el de Los Ángeles abre el desafío de encontrar respuestas en políticas inclusivas por sobre aquellas restrictivas, con la oportunidad que implica abrir un debate renovado en torno a la construcción y utilización de lo público.
“Proyecto Luces de Verano por la Noche” es el nombre del programa, que se está llevando a cabo entre los meses de julio y septiembre de este año en 8 parques de la ciudad de Los Ángeles [Glassell, Jim Gilliam, Ramón García, Cypress, Mount Carmel, Ross Snyder, Hubert Humphrey, Ramona], ubicados precisamente en los sectores de menores ingresos de la ciudad. El planteamiento es sencillo: se trata de tener actividades para que los jóvenes [entre los que más había aumentado la delincuencia el último tiempo] tengan ocupación durante las últimas horas de la tarde, a la vez que se le entrega a la ciudadanía completa espacios que, mientras se mantienen cerrados, son gobernados por pandillas. De esta manera, ampliando el funcionamiento de los parques hasta medianoche con actividades deportivas, culturales o religiosas, se logran abrir a la comunidad completa, mantener la ciudad activa por más horas y hacer que, precisamente ese movimiento, la vuelva un lugar más seguro.
El impulsor de este proyecto es el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, quien asumió en diciembre del 2005 como el primer latino elegido en ese cargo. El Proyecto Luces de Verano por la Noche fue mirado con escepticismo desde muchos sectores; sin embargo, una serie de cifras, tras un mes de funcionamiento del programa, han validado las ideas de Villaraigosa, ya que durante el mes de julio del 2008 el número de homicidios cayó en 5,2% en la región, y más aún, mientras en la ciudad de Los Ángeles en julio del 2007 hubo 42 homicidios, el mismo mes del 2008 hubo 19.
La política aplicada en Los Ángeles remueve el debate en torno a las políticas de seguridad y de control del espacio público, y se contrapone a las llamadas políticas de “Toque de queda” aplicada en otras ciudades estadounidenses [7 de cada 10 ciudades con más de 100 mil habitantes], donde se restringe la circulación de adolecentes en ciertas horas, u otras similares instauradas en el Reino Unido.
Se trata de un importante cambio de paradigmas en este debate en Estados Unidos, pero también de un caso interesante de observar desde nuestras ciudades. La decisión entre implementar políticas restrictivas materializadas en un candado, o políticas que apunten al incentivo del uso de parque y espacios públicos, si bien ambas tienen por fin último tener ciudades más seguras, no tendrán resultados indiferentes a los principios que las mueven.
Sin duda, por lo demás, que este no es un tema sencillo, y que la reja en sí sola no es ni el problema ni la solución. En ciudades como Buenos Aires se pueden encontrar diversos casos de áreas verdes públicas de gran actividad que tienen una reja alrededor, a la vez que la discusión en relación a la reja del Parque Forestal hizo ver los perjuicios que traería cerrar una de las principales áreas verdes de la capital. El asunto es que si bien no hay una recete para todas las ciudades y espacios, la implementación de planes como el de Los Ángeles abre el desafío de encontrar respuestas en políticas inclusivas por sobre aquellas restrictivas, con la oportunidad que implica abrir un debate renovado en torno a la construcción y utilización de lo público.
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