Las críticas contra Chaplin aumentaron cuando realizó esta película, El gran dictador (The Great Dictator, 1940), protagonizada junto a Paulette Goddard, su tercera mujer.
La película era una crítica contra el nazismo alemán y, por extensión, contra todos los fascismos y dictaduras. Comenzó a rodarla la misma semana en que comenzó la Segunda Guerra Mundial. Anteriormente, Chaplin había ya declarado sobre Hitler que éste «le había robado el bigote» y la verdad es que su parecido físico con el dictador hace que la película sea aún más hilarante.
En ésta, Chaplin juega a representar dos personajes, el del dictador y el del barbero judío, a quien confunden con aquél. Adenoid Hynkel, como nombra a su personaje, en una clara parodia de Adolf Hitler, y la magnífica interpretación de Jack Oakie como Benzino Napoloni, evidente parodia de Benito Mussolini, son sencillamente geniales. Parece ser que Hitler vió El gran dictador, si bien no se conoce ningún comentario suyo al respecto.
La película fue estrenada en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial y, en su última escena, el personaje del barbero lanza un discurso, calificado por muchos como ingenuo, en el que Chaplin evidencia sus deseos de paz para Europa y de construir un mundo mejor:
La película era una crítica contra el nazismo alemán y, por extensión, contra todos los fascismos y dictaduras. Comenzó a rodarla la misma semana en que comenzó la Segunda Guerra Mundial. Anteriormente, Chaplin había ya declarado sobre Hitler que éste «le había robado el bigote» y la verdad es que su parecido físico con el dictador hace que la película sea aún más hilarante.
En ésta, Chaplin juega a representar dos personajes, el del dictador y el del barbero judío, a quien confunden con aquél. Adenoid Hynkel, como nombra a su personaje, en una clara parodia de Adolf Hitler, y la magnífica interpretación de Jack Oakie como Benzino Napoloni, evidente parodia de Benito Mussolini, son sencillamente geniales. Parece ser que Hitler vió El gran dictador, si bien no se conoce ningún comentario suyo al respecto.
La película fue estrenada en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial y, en su última escena, el personaje del barbero lanza un discurso, calificado por muchos como ingenuo, en el que Chaplin evidencia sus deseos de paz para Europa y de construir un mundo mejor:
Posteriormente, Chaplin comentó que si hubiera conocido cuál era la realidad de los campos de concentración nazis, no habría rodado la película.
En Estados Unidos, que durante los dos primeros años de guerra permaneció neutral, fue causa de muchos problemas para su autor y fue utilizada como excusa para perseguirlo por supuestas actividades "antiamericanas".
La película fue censurada en España, y no llegó a los cines hasta 1976, 36 años después de su estreno, y después de la muerte del dictador Francisco Franco.
En Estados Unidos, que durante los dos primeros años de guerra permaneció neutral, fue causa de muchos problemas para su autor y fue utilizada como excusa para perseguirlo por supuestas actividades "antiamericanas".
La película fue censurada en España, y no llegó a los cines hasta 1976, 36 años después de su estreno, y después de la muerte del dictador Francisco Franco.
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