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Pan paniscus



El bonobo (Pan paniscus), es una de las dos especies que componen el género de los chimpancés, Pan. El Bonobo fue descubierto por primera vez en 1928, por el anatomista americano Harold Coolidge, que presentó un cráneo en el museo Tervuren en Bélgica que se creía pertenecía a un chimpancé joven. Sin embargo, el mérito del descubrimiento del mismo como especie diferenciada se atribuye al alemán Ernst Schwarz, que publicó el descubrimiento en 1929. La especie se distingue por la tendencia a que sus individuos anden erguidos en ocasiones, por su cultura matriarcal e igualitaria, y por el papel preponderante de la actividad sexual en su sociedad.
El 99.4% de su ADN es idéntico al del Homo sapiens, lo que lo convierte en el animal con mayor similitud a la especie humana.
Richard Wrangham y Dale Peterson enfatizan el uso del sexo por parte del Bonobo como mecanismo para evitar la violencia:
"Tanto el Chimpancé común como el Bonobo evolucionaron del mismo ancestro que dio lugar a los humanos, y sin embargo el Bonobo es de las especies más pacíficas y no agresivas de mamíferos que hoy día viven en la tierra. Han desarrollado vías para reducir la violencia que permean toda su sociedad. Nos muestran que la danza evolutiva de la violencia no es inexorable"

Las relaciones sexuales juegan un papel preponderante en la sociedad de los Bonobos, ya que son usadas como saludo, como método de resolución de conflictos, como medio de reconciliación tras los mismos, y como forma de pago mediante favores de las hembras a cambio de comida. Los Bonobos son los únicos primates (aparte de los humanos) que han sido observados realizando todas las actividades sexuales siguientes: sexo genital cara a cara (principalmente hembra con hembra, seguido en frecuencia por el coito hembra-macho y las frotaciones macho-macho), besos con lengua y sexo oral.
La actividad sexual tiene lugar tanto dentro de la familia inmediata como fuera de ella, y suele implicar tanto a adultos como a crías. Los Bonobos no forman relaciones estables con parejas individuales. Tampoco parecen discriminar en sus comportamientos sexuales según género o edad, con la posible excepción de las relaciones sexuales entre madres y sus hijos adultos; algunos observadores creen que esos emparejamientos son tabú. Cuando los Bonobos encuentran una nueva fuente de comida o lugar de alimentación, la excitación general suele desembocar en una actividad sexual en grupo, presumiblemente descargando la tensión de los participantes y permitiendo una alimentación pacífica.
Los machos Bonobo practican con frecuencia varias formas de sexo genital entre ellos. Una de las formas consiste en ambos machos colgando de un arbol cara a cara mientras frotan sus penes entre sí. También se ha observado a los machos Bonobos realizando esta actividad en el suelo. Una forma especial de la misma, empleada por los machos como reconciliación tras un conflicto, se realiza con ambos tumbados en el suelo y trasero con trasero, mientras frotan sus bolsas escrotales entre ellas.
Las hembras Bonobo también usan el sexo genital hembra-hembra (tribadismo) como forma de establecer relaciones sociales entre ellas, fortaleciendo así el núcleo matriarcal de la sociedad Bonobo. La estrecha relación entre las hembras les permite dominar la estructura social - aunque los machos son físicamente más fuertes, no pueden plantar cara solos a un grupo unido de hembras, y no suelen colaborar entre ellos de esa forma. Las hembras adolescentes suelen abandonar el grupo en el que nacen para unirse a otro. Esa migración habitual de las hembras hace que el fondo genético de los Bonobos se mezcle con frecuencia.
A pesar del enorme incremento en la actividad sexual, la tasa de reproducción no es mayor que la de los chimpancés comunes. Las hembras cuidan de sus crías y las alimentan durante cinco años, y pueden dar a luz cada cinco o seis años. Comparadas con las de chimpancé común, las hembras de Bonobo recuperan la actividad sexual mucho antes tras el parto, lo que les permite reincorporarse a las costumbres sexuales de su sociedad. Incluso los animales estériles o demasiado jóvenes o viejos para reproducirse participan en estas actividades sexuales.

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