La Homofobia es el miedo o la aversión hacia la homosexualidad o las personas homosexuales, así como la discriminación a las mismas. El odio, la hostilidad o la desaprobación de las personas homosexuales.
La impresionante colección de leyes presentadas en este Informe es un intento de mostrar la extensión de la homofobia de Estado en el mundo. En 2007, no menos de 85 Estados miembro de Naciones Unidas siguen criminalizando los actos sexuales entre personas adultas del mismo sexo con mutuo consentimiento, promocionando con ello de manera institucional una cultura del odio. Con esta publicación esperamos sensibilizar sobre esta realidad que permanence desconocida para la inmensa mayoría de la población.
A pesar de que muchos de los países relacionados en el Informe no aplican de manera sistemática esas leyes, su sola existencia refuerza una cultura donde un significativo segmento de la ciudadanía necesita esconderse, por miedo, del resto de la sociedad. Una cultura donde el odio y la violencia están de alguna manera justificados por el Estado y obliga a la gente a permanecer invisibles y a negar quiénes son realmente.
Sean heredadas de los imperios coloniales o resultado de legislaciones conformadas de acuerdo a creencias religiosas, cuando no directamente derivadas de una interpretación conservadora de los textos religiosos, estas leyes homófobas son fruto de un tiempo y de un contexto determinados de la historia.
La Homofobia es cultural. Ningún ser humano nace siendo homófobo, sino que aprende a serlo según va creciendo.
En muchos casos, el “prejuicio contra las personas homosexuales” es el resultado de la ignorancia y el miedo. Este largo catálogo de horrores, no es sino el relato de la intolerancia contra lo que es diferente o extraño a uno.
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La impresionante colección de leyes presentadas en este Informe es un intento de mostrar la extensión de la homofobia de Estado en el mundo. En 2007, no menos de 85 Estados miembro de Naciones Unidas siguen criminalizando los actos sexuales entre personas adultas del mismo sexo con mutuo consentimiento, promocionando con ello de manera institucional una cultura del odio. Con esta publicación esperamos sensibilizar sobre esta realidad que permanence desconocida para la inmensa mayoría de la población.
A pesar de que muchos de los países relacionados en el Informe no aplican de manera sistemática esas leyes, su sola existencia refuerza una cultura donde un significativo segmento de la ciudadanía necesita esconderse, por miedo, del resto de la sociedad. Una cultura donde el odio y la violencia están de alguna manera justificados por el Estado y obliga a la gente a permanecer invisibles y a negar quiénes son realmente.
Sean heredadas de los imperios coloniales o resultado de legislaciones conformadas de acuerdo a creencias religiosas, cuando no directamente derivadas de una interpretación conservadora de los textos religiosos, estas leyes homófobas son fruto de un tiempo y de un contexto determinados de la historia.
La Homofobia es cultural. Ningún ser humano nace siendo homófobo, sino que aprende a serlo según va creciendo.
En muchos casos, el “prejuicio contra las personas homosexuales” es el resultado de la ignorancia y el miedo. Este largo catálogo de horrores, no es sino el relato de la intolerancia contra lo que es diferente o extraño a uno.
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