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Ya es hora de que las ciudades favorezcan a la gente y no a los autos

Por Keith Barry
Para Wired




Los Ángeles y otras ciudades - Phoenix, Houston y Atlanta se me vienen a la mente - son mucho más amigables a los coches que a la gente, habiendo sido construidas con políticas de uso del suelo que ponen a las personas inevitablemente al volante. Es un modelo insostenible que debe cambiar.

Son palabras de el planificador de transporte Timothy Papandreou en "Ampliando la Visión de la Movilidad Sostenible", un simposio patrocinado por el Art Center College of Design. La escuela que se podría llamar la Harvard del diseño de transporte, y el simposio de dos días integró a expertos en campos tan diversos como la planificación urbana y la ingeniería aeroespacial para discutir el tema del futuro de la movilidad.

Papandreou pidió que se pusiera fin a las "políticas estatales, federales o locales de uso del suelo que, literalmente, obligan a la gente a tener que conducir" y dijo a Wired.com que estamos en la cúspide de un inevitable "cambio de paradigma" que nos aleja de la propiedad individual de automóviles hacia una mayor dependencia en los transportes colectivos y sostenibles.

"Ya estamos en esa encrucijada", dijo.

Papandreu es ex gerente de planificación de transporte para la Metropolitan Transportation Authority del Condado de Los Angeles , y actualmente labora con el tren Municipal de San Francisco, por lo que tiene idea de lo que dice cuando dice que muchas de las grandes ciudades favorecen a los autos antes que a las personas.

"Hay este ciclo de dependencia del automóvil", dijo. "Tienes que tener un lugar para estacionarte en el hogar, un lugar para estacionarte en el trabajo, y un lugar para estacionarte en los supermercados". En una absurda distorsión mercantilista, las ciudades se han convertido en lugares donde "los coches tienen un derecho a la vivienda y la gente no".

Esta distorsión, es el resultado de años de aumento de la capacidad de desplazamiento de los automóviles, reduciendo fondos para formas alternativas de transporte. Es nos trajo hasta el punto en que la mayoría de los estadounidenses consideran la propiedad de un automóvil como esencial para obtener una vida satisfactoria y productiva. Papandreou sugiere un cambio radical de la forma en que vemos la movilidad personal.

Políticas favorables al auto han creado una "sombra de carbono" de la que los vehículos motorizados no pueden escapar, es resultado la suma de todas las consecuencias regionales de todas estas políticas y acciones colectivas. En lugar del "manufactured value" de la propiedad personal de automóviles, habría demandar la creación de desincentivos para el uso del auto que, en cambio, animaría a la gente a caminar, andar en sistemas de transporte masivo, compartir el auto y el uso de otros medios alternativos de desplazamiento.

A los ojos de Papandreou, las autopistas son espacio perdido. Considere esto: 200 personas pueden estar atascadas en la I-405 en 177 automóviles (el promedio). O se podrían utilizar sólo dos carriles con tres autobuses urbanos, o tener un montón de espacio personal en torno a ellos si anduvieran en bicicletas.

"Todo el espacio vial podría convertirse en algo más", dijo, subrayando que la única manera de lograr esta visión es con una total "rehabilitación ecológica", que evite ser del tipo de programas ineficaces parciales que sólo sobreviven por su popularidad política. El conjunto de medidas de estímulo económico de la Administración de Obama podría ser un primer paso hacia ese futuro.

"Es el pago a una gran hipoteca", dijo Papandreou. "espero que el estímulo recibido ponga el balón a rodar."

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