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Industria automotriz: el "hasta aquí" de Obama

Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de America.
Traducido por felipeno




Buenos días a todos.

Uno de los retos que hemos enfrentado desde el comienzo de esta administración es qué hacer con la apretada situación que enfrenta la industria automotriz. En los últimos meses, mi grupo de apoyo ha estado revisando las solicitudes de General Motors y Chrysler para obtener ayuda adicional del gobierno, así como los planes elaborados por cada una de estas empresas para reestructurarse, modernizarse y hacerse más competitivas. Nuestra evaluación esta completa. Sin embargo, antes de establecer lo que debe hacerse en el futuro, quiero decir unas pocas palabras acerca de dónde estamos y qué nos llevó a este punto.

No es ninguna sorpresa que los estadounidenses que más han sufrido durante esta recesión han sido aquellos que laboran en la industria del automóvil y los que trabajan para empresas proveedoras. Durante el año pasado, nuestra industria automotriz ha cerrado más de 400.000 puestos de trabajo, no sólo en las plantas que producen los coches, sino también en las empresas que producen piezas, en los distribuidores que los venden y en los negocios de reparación de autos. Más de uno de cada 10 residentes de Michigan se encuentra sin trabajo - el mayor índice en cualquier Estado. Y los pueblos y ciudades de todo el gran Medio Oeste han visto la mayor tasa de desempleo en décadas.

El dolor que se siente en los lugares que dependen de nuestra industria automotriz no es culpa de nuestros trabajadores, su trabajo ha sido incansable y desean desesperadamente el éxito de sus empresas. No es culpa de las familias y las comunidades que han apoyado a las plantas de fabricación a lo largo de generaciones. Más bien, es un fracaso del liderazgo - de Washington a Detroit - el que llevó a nuestras empresas automotrices a este punto.

Año tras año, década tras década, hemos visto archivar problemas y retrasar las decisiones difíciles, a pesar de que nos superaban los competidores extranjeros. Bueno, hemos llegado al final de ese camino. Y nosotros, como nación, no podemos permitirnos el lujo de eludir la responsabilidad por más tiempo. Este es el momento para hacer frente a nuestros problemas de frente y hacer lo necesario para resolverlos.

No podemos, y no debemos, y no vamos a permitir que nuestra industria automotriz, simplemente desaparezca. Esta industria es como ningúna otra - es un emblema del espíritu americano, símbolo pasado y presente del éxito Americano. Es lo que ayudó a construir y sostener la clase media a lo largo del siglo 20. Es un motivo de gran orgullo para generaciones de trabajadores cuyo arduo trabajo e imaginación ha creado algunos de los mejores autos que el mundo ha conocido. Es un pilar de nuestra economía que ha mantenido vigentes los sueños de millones de americanos. Y no podemos seguir excusándonos en decisiones pobres. No podemos hacer que la supervivencia de nuestra industria automovilística dependa de un interminable flujo de dinero de los contribuyentes. Estas empresas - y la industria en general - en última instancia, deben sostenerse por si mismos, y no por el Estado.

Es por ello que el gobierno federal benefició a General Motors y a Chrysler, con préstamos de emergencia para evitar su derrumbamiento súbito al final del año pasado - sólo con la condición de que elaboren sus planes de reestructuración. En consonancia con ese acuerdo, cada empresa ha presentado un plan de reestructuración. Pero después de un cuidadoso análisis, hemos determinado que no va lo suficientemente lejos para justificar las importantes nuevas inversiones que estas empresas están solicitando.

Y hoy estoy anunciando que mi gobierno ofrecerá a GM y Chrysler un limitado período de tiempo adicional para trabajar con los acreedores, los sindicatos y otras partes interesadas, fundamentalmente en la reestructuración de una manera que justifique una inversión adicional de dinero de los contribuyentes. Durante este período se deben elaborar planes que daría al pueblo la confianza en sus perspectivas a largo plazo para lograr el éxito.

Lo que estamos pidiendo ahora es difícil. Requerirá decisiones difíciles por parte de las empresas. Se necesitará que sindicatos y trabajadores que ya han hecho extraordinarios esfuerzos hagan más concesiones. Va a exigir que los acreedores reconozcan que no pueden apostar por una perspectiva de rescates gubernamentales interminables. Se requieren esfuerzos de toda una serie de otras partes interesadas, incluidos distribuidores y proveedores. Sólo entonces podemos pedir a los contribuyentes que ya han puesto tanto de su dinero duramente ganado una vez más a invertir en la revitalización de la industria automovilística.



Obama aprieta las tuercas

Ultimatum

Comentarios

  1. Por qué sólo les importará que la industria del automovil no decaiga? Yo lo veo así: Si no hay autos, tenemos un planeta verde. EU pierde, pero todo el planeta vive. Si siguen fabricando autos y sobrecargando el mercado, llenándo las ciudades de autos, sólo éso quedará, autos, pero la vida se acaba.

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  2. no es lo que yo buscaba

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