
Por Gerardo Montes de Oca.
A lo largo de su historia, las sociedades han creado mitologías con el fin de reafirmar y articular su identidad, generando diversos símbolos y narrativas para representar dichos valores e ideales. La energía y la fuerza han sido cualidades muy preciadas en gran parte de la Humanidad (sino en toda), y parece no existir Cultura alguna que desee verse a sí misma como débil y a la deriva.
En la Grecia clásica el desnudo masculino simbolizaba la energía, la fuerza y los ideales del atleta, del guerrero, del héroe y del ciudadano griego. Incluso los dioses fueron representados con desnudos idealizados. A partir del Renacimiento se recurrió nuevamente a los mitos clásicos para expresar los nuevos ideales de la humanidad en un contexto inicialmente religioso y posteriormente profano y más mundano, volviéndose un referente de la estética imperialista y colonial, expresión de poder.
Desde el siglo XIX, el concepto moderno de progreso se colocó, gracias al desarrollo tecnológico, como uno de los valores más preciados en la cultura moderna, y en ciertos contextos se ha recurrido de nueva cuenta a formas estéticas clásicas con el uso del cuerpo desnudo como alegoría para representar energía y fuerza, es decir, dominio, pero ahora dominio tecnológico ante la naturaleza.
Sin embargo, el tipo de relación que se ha establecido con el entorno en las culturas occidentales dominantes (y llamadas avanzadas o desarrolladas) ha sido desde un paradigma dual en el que el ser humano se percibe desvinculado de su contexto natural, generando una relación de confrontación donde la naturaleza es vista como ajena al ser humano y que debe ser dominada para su servicio.
Así pues la Energía Humana y la Energía del Planeta entran en choque.
La tecnología se ha anunciado como la promesa de una vida más segura y cómoda pero, paradójicamente, nos encontramos en un momento de crisis tanto política y económica como cultural y ambiental, crisis generada en gran parte por el uso indiscriminado de dicha tecnología.
Hay incluso quienes señalan, irónicamente, que estamos ante una seria crisis energética. Los ideales presentes simplemente no definen claramente quiénes somos, dónde estamos, ni a dónde vamos. Estamos destruyendo las posibilidades de sostener nuestra propia estructura social y nuestro entorno. Es pues, una situación insostenible y cabría reconsiderar ¿qué es lo que nos ha motivado a actuar de tal manera?, ¿qué es esa energía, de dónde viene, cuál es su naturaleza? ¿Está en nosotros?, ¿somos capaces de conducir dicha energía?, ¿es parte esencial de la naturaleza humana?
Hemos sido capaces de desaparecer la realidad misma para ahora simularla e incluso desear dicha simulación.
Es a partir de la relación etimológica entre las nociones de fuerza, energía y poder que esta serie fotográfica pretende señalar ciertas contradicciones de la condición humana y, deseablemente, provocar una seria reflexión en torno a nuestra contribución personal y colectiva, para bien o para mal, al curso de la historia de nuestra realidad.
ENERGÍA
Fotografías por Gerardo Montes de Oca
Inauguración Jueves 15 de abril del 2010 20:30 hrs en La Selve Café (López Cotilla 2008)
Energía, muestra que busca provocar una reflexión sobre el arte y el medio ambiente
En Público:
En el Informador:
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