Estamos a unos días de que terminen las campañas políticas estatales y
aunque con algunos matices y algunas promesas estratosféricas, las
propuestas en materia de movilidad no difieren tanto entre sí.
La línea 3 de Tren ligero está contemplada en prácticamente todas las
propuestas políticas y ningún candidato mencionó la ampliación de la
línea dos (a pesar de que en algunos tramos ya se tienen los pasos
subterráneos y de que Av. Inglaterra puede albergar esta ampliación por
superficie). En cualquier caso, ni una ni otra, son realizables sin
fondos federales y el apoyo de presidencia de la república.
Todos los candidatos hablan de nuevas rutas de BRT, dos el más
precavido y diez el más aventurado. Particularmente las líneas de BRT
requieren, no solo de la gestión apropiada de recursos económicos y
técnicos ante instancias nacionales e internacionales, sino también de
acuerdos políticos con los poderes federales, el Congreso del estado y
la aprobación de los municipios que son los que tienen la última
palabra.
Nadie mencionó ampliaciones o mejoras al trolebús, se habló poco y
solo superficialmente de la red de transporte convencional. Todos hablan
de redes de vías ciclistas, pero nadie mencionó una sola ruta. Nadie
tocó el importantísimo tema del transporte escolar.
Y en temas de des-incentivación del uso del automóvil particular ni
pensarlo. Si no mencionaron cosas que podían ser rentables
electoralmente, menos aún las que no lo son. Nadie habló de la creación
de algún impuesto al auto que pueda llenar el hueco dejado por la
derogación de la tenencia. Nadie habló de parquímetros, ni de políticas
de estacionamientos, ni de vías de uso exclusivo para vehículos con más
de dos personas, ni del costo de la gasolina.
Los avances que nuestra movilidad pueda tener en los próximos 6 años
no dependen, ni de la buena voluntad que pueda tener el próximo
gobernador, ni del énfasis que haya hecho al recitar sus promesas de
campaña, ni de las soluciones técnicas que ofrezcan sus asesores. Lograr
avances en la materia dependerá, sobre todo, de lo adecuado de la
gestión política e interlocución que se logre entre diferentes actores y
el conocimiento de quienes son estos actores.
La semana posterior al primero de julio conoceremos la composición de
dos congresos, el federal y el estatal, los nombres del presidente de
la república y del gobernador del estado y los alcaldes de los
municipios metropolitanos. Solo entonces, y a partir de los equilibrios
de fuerzas y las capacidades de negociación y gestión de los diferentes
gobiernos, se podrá esbozar una agenda en materia de movilidad real que
incluya, desde la gestión de créditos y recursos técnicos para lograrla,
hasta la aprobación de recursos legislativos y permisos municipales.
Antes todo es sólo fantasía.
Con eso no quiero decir que votemos sin conocer las propuestas de
campaña de cada candidato, claro que es importante conocer sus
intenciones. Pero creo que es más importante votar por quien
consideremos con mayor capacidad para gestionar, establecer acuerdos y
ceder. Necesitamos gobernantes que pongan las cosas a caminar.
Originalmente publicada en Milenio.
Comentarios
Publicar un comentario