Mucho se hablado ya de las ventajas de que la ciudad cuente con una
red de vías ciclistas seguras. La posibilidad de incrementar el número
de usuarios habituales y los trayectos en bicicleta mejoraría en
automático las condiciones de seguridad en la calle, fomentaría
interacciones humanas que podrían derivar en una sociedad más solidaria y
democrática y devolvería a nuestras calles el sentido de encuentro
social que el espacio público debería tener.
Pero sobre todo, contar con una red de vías ciclistas seguras,
abriría la posibilidad de reducir el impacto nocivo que la congestión
vehicular produce. La sustitución de trayectos en auto por trayectos en
bici en distancias menores a seis kilómetros podría tener un impacto en
la agilización del tráfico, y consecuentemente en la calidad de nuestro
aire, muy superior a la costosísima construcción de infraestructura
vehicular.
La ciudad cuenta con un plan maestro metropolitano para el trazo de
1,500 kilómetros de rutas ciclistas que, aunque carece de validez
oficial y no ha sido incorporado a los planes de desarrollo, goza del
visto bueno de todas las partes involucradas, incluidos los grupos
ciudadanos que promueven una movilidad sustentable. El plan se encuentra
ya en manos de los nuevos munícipes y es ampliamente conocido por las
autoridades estatales actuales y futuras.
La administración tapatía entrante ya cuenta con avances en proyectos
específicos de vías ciclistas. Las administraciones anteriores, aunque
lograron escasos avances en ciclovías construidas, dejaron los proyectos
completos de ciclovías en las avenidas 8 de Julio, Ávila Camacho y Juan
Pablo II, además de diversas propuestas de ejes ciclistas que cruzan el
centro histórico en el marco del proyecto para la zona de accesibilidad
preferencial.
El municipio tapatío además contará con el impulso del proyecto de la
Ciudad Creativa Digital (CCD), un proyecto que contempla entre sus ejes
primordiales la mejora de la movilidad y que cuenta con el respaldo
estatal y federal. Aunque la CCD se establece en un perímetro
determinado, los ejes de movilidad ciclista podrían extenderse en la
ciudad, sin significar incrementos injustificados en costo o recursos,
sino por el contrario, incrementando el nivel de eficiencia de la
movilidad que la zona que se plantea requiere.
La historia en Zapopan es otra. La nueva administración municipal ha incorporado a diversos
académicos, activistas y especialistas, provenientes de las
organizaciones pro-movilidad sustentable, que conocen el tema a fondo.
Zapopan, ni podrá excusarse en falta de información o conocimiento, ni
tiene tiempo por perder. Además, la transición hacia la sustentabilidad
fue el eje principal de la campaña política del ahora alcalde. Zapopan
no puede fallar.
Los alcaldes tendrán que definir pronto el destino de los recursos
del fondo metropolitano y para entonces tendrán que tener listas las
propuestas de vías ciclistas que podrían ser favorecidas. El escenario
no puede ser mejor, habrá empatía entre los tres niveles de gobierno,
desaprovechar la oportunidad sería un error mayúsculo. Ni Robles, ni
Ramiro, podrán salir en el 2015 con que hicieron solo 20 km de vías
ciclistas, las condiciones están dadas y cualquier cosa debajo de 100 km
por municipio deberá entenderse como un rotundo fracaso. No hay excusa.
Ni la habrá.
Originalmente publicada en Milenio Jalisco.
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