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No necesitan un cajón de estacionamiento



En Guadalajara, como en cualquier otra ciudad del tercer mundo, persiste el prejuicio de que la disponibilidad de estacionamiento es muy importante para el comercio en zonas céntricas o contextos barriales. No es así.

Y no solo no existe evidencia que justifique la importancia que se le da a los cajones para estacionarse, sino que por el contrario existen múltiples estudios que demuestran que el impulso económico suele ser producto de intervenciones urbanas orientadas a minimizar el impacto de los autos y a mejorar las condiciones de accesibilidad de peatones y ciclistas.

Décadas de planeación urbana orientada al uso del automóvil han venido creando la ciudad que conocemos y la manera equivocada en que entendemos y usamos el espacio público.

Hemos permitido que la ciudad sea para autos y no para personas, gastamos el dinero de todos en construcciones de puentes y túneles para carros en lugar de parques, bibliotecas o centros comunitarios; toleramos criminalmente la destrucción de fincas históricas, para dar paso a lotes de estacionamiento. Gran parte de los comerciantes y locatarios sostienen con fiereza la idea de que su negocio requiere cajones de estacionamiento, como si su cliente fuera el carro y no el humano que lo conduce.

Pero mejorar la ciudad, hoy significa necesariamente replantear los objetivos y deshacernos de los prejuicios pro-automóvil del pasado. Mejorar la ciudad, hoy significa: dar espacio a vías ciclistas seguras, ampliar las banquetas, establecer carriles exclusivos para el transporte público, disminuir la disponibilidad de cajones de estacionamiento y asegurarnos de que los que queden en vía pública cuenten con una tarificación alta que desincentive efectivamente el uso del auto.

El gobierno está obligado a propiciar condiciones de equidad social, a cuidar el ambiente y los recursos, a otorgar seguridad a la población y a estimular la actividad económica. El gasto en vías ciclistas, transporte público o banquetas, responde al cumplimiento de esa obligación. Pero no va a aparecer espacio mágicamente, en la mayoría de los casos habrá que suprimir cajones de estacionamiento, nos guste o no.

El gobierno no está obligado a otorgar cajones de estacionamiento a nadie. Nunca ha estado. No tiene porque ser prioridad. Como no tiene porque ser prioridad construir infraestructura automotriz que, hoy sabemos, solo provoca el aumento del parque vehicular y de la congestión. Por el contrario, el gobierno tiene la urgencia de crear nuevas reglamentaciones que en el futuro limiten seriamente la disposición de estacionamiento en áreas privadas y públicas, y diseñar mecanismos de tarificación que reduzcan la sobrepoblación de autos por doquier.

Paradójicamente la ciudad es más incluyente en la medida que resulta más excluyente con el automóvil particular. Los comerciantes, en toda la ciudad, tendrán que entender que no necesitan un cajón de estacionamiento afuera de su local, sino una ciudad económicamente vibrante y un cliente sano que, para empezar, pueda respirar.



Originalmente publicado en Milenio diario.

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