Ir al contenido principal

Caminar el barrio de Providencia


La forma más básica de movilidad que realizamos todos es caminar.

Aunque hemos complicado con supuesto progreso la manera en que nos desplazamos y las razones por las que lo hacemos hasta convertir nuestra movilidad en el resultado de una enredadera de factores  -a veces hasta surrealistas- aún así, casi todo desplazamiento sigue incluyendo y dependiendo del acto básico de caminar.

Transitar hacia una movilidad sustentable debe tener como punto de partida proveer las condiciones para estimular los viajes a pie. Si bien es difícil cruzar la ciudad caminando, no es tanto cuando se generan las condiciones de cercanía que permitan que los orígenes y destinos de la gente estén a una distancia alcanzable.

Los barrios, todos, -incluidos esos que equivocadamente llamamos “colonias o fraccionamientos” por algún ímpetu publicitario de los años setentas- deben buscar tener centros de actividades con usos de suelo diversos que puedan proveer a los habitantes de los diferentes servicios que requieren para habitar.  Hace mucho que los estudiosos de la ciudad dieron por derrotada la idea absurda de zonas urbanas exclusivamente habitacionales o excesivamente comerciales.  Los usos de suelo mixtos suelen proveer además de un modelo más sustentable de ciudad, mejores condiciones para la interacción comunitaria urbana.

Los barrios desarrollados en los setentas, como Providencia, han venido de manera natural transformando su original vocación habitacional por una más saludable mezcla de comercios y servicios que aportan vida urbana y la consecuente seguridad que provoca la presencia de gente en las calles. Hoy, a diferencia de hace un par de décadas, Providencia ha superado su dependencia al automóvil como única forma de desplazamiento posible y es posible conseguir cualquier cosa a una distancia caminable.

Sin embargo, sus habitantes caminan poco. Si bien se pueden argumentar criterios clasistas y prejuicios sociales característicos de los habitantes de barrios pudientes, no podemos perder de vista la ausencia absoluta del ejercicio de autoridad que garantice respeto a la dignidad del peatón.

Basta una corta caminata por avenidas como Terranova – Providencia, Rubén Darío o Pablo Neruda para darse cuenta, no solo de la inmensa cantidad de automóviles sobre las áreas peatonales, sino de la cantidad de negocios que con cinismo absoluto han pintado líneas de estacionamiento sobre la banqueta sin que nadie les diga nada. Ni la asociación de vecinos, ni el gobierno municipal, vamos, ni siquiera el transeúnte –que simplemente se baja al arroyo vehicular, arriesgando su vida- .

A esto hay que sumar la anarquía total con la que se rigen los “valet parking”, la ausencia de rampas en la mayoría de las esquinas, la permisividad histórica para que vecinos simplemente hagan banquetas con desniveles y la costumbre de algunos edificios de departamentos –como el ubicado en Rubén Darío y Otranto- de simplemente secuestrar toda la banqueta como su espacio de estacionamiento.

Y eso que se supone que Providencia es de los mejores barrios pues. 


Originalmente publicada en Milenio Diario.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Ana y Mia.

“Todo empezó buscando información sobre estas dos enfermedades. Así me entere de los sitios pro-anna y pro-mia. Empecé a leer y a leer, a ver fotos (las llamadas “Thinspirations”). Y fui cayendo en la trampa. Ahora no veo la hora de llegar a mi meta: pesar 45 Kg. Sé que suena poco, mido 1.60 m. Pero es algo que no puedo dejar de pensar. Cada vez como menos. Con cada gramo que bajo al día, me sobreviene una felicidad enorme”. Este es un fragmento de una conversación entre las miles de adolescentes, que utilizan las paginas webs ”pro-anna” (pro-anorexicas) y “pro-mia” (pro-bulímica) que proliferan por Internet, en las que se promueven estos trastornos alimenticios y los convierten en una forma de vida marginal, no aceptada por la sociedad. LEER 1ra PARTE. LEER 2da PARTE.

Pro-ana y pro-mia : ¿cómo saber?

La anorexia y la bulimia son enfermedades que pueden pasar desapercibidas por los padres o la familia de las enfermas. ¿Como saber si alguien que conoces es víctima de estas enfermedades? Aqui se presentan algunas claves que pueden ayudar: La mayoria de las chicas anorexicas o bulimicas intentan comer cada vez menos o saltarse comidas con excusas. Tienen tendencia al autodesprecio y baja autoestima. Las bulimicas comen mucho a escondidas. Hay que poner especial atención en bailarinas, gimnastas, atletas, deportistas y modelos. En internet, Usan un lazo blanco virtual que colocan en las páginas que hacen, o lo pegan en las carpetas, como símbolo reivindicativo de su "estilo de vida" o como forma de reconocerse. Usan frases de apoyo entre ellas tipo: "nadie dijo que fuera fácil ser una princesa" Usan pulseras; las jovenes pro-ana (anoréxicas) se colocan una pulsera o cordón rojo en la muñeca izquierda, en ocasiones adornado con unas cuentas o piedrecitas rojas, las pr...

Diario de una anoréxica.

La edad de inicio de la anorexia se sitúa en la primera adolescencia, en torno a los 12 años, si bien la población más afectada se encuentra entre los 14 y 18. Es más frecuente en las clases sociales media y media-alta. En un 95 por ciento de los casos la anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en los últimos años se ha producido un aumento en hombres, en mujeres adultas y en niños. Este documental fue realizado por el canal español Odisea y se presenta en 6 partes. VER VIDEO.