Durante la última década se ha venido generando un significativo cambio en la manera que entendemos nuestras ciudades. El fracaso de la movilidad en automóvil y su inviabilidad a futuro, ya es obvio para cualquier estudioso del tema y las ciudades del mundo luchan apresuradamente para transformar sus sistemas y consolidar alternativas en zonas urbanas expandidas por las décadas de normalización del uso del auto.
Es de destacarse que el uso de la bici como estrategia de movilidad urbana es recíproco a diferentes indicadores de calidad de vida. Las ciudades con mayor uso de bicicletas suelen ser las más sanas, las de más alto nivel educativo, las que tienen mejores condiciones de equidad y menores niveles de contaminación ambiental.
Darle viabilidad de futuro a una ciudad como Guadalajara implica encontrar mecanismos para incrementar significativamente los trayectos en bicicleta con el fin de reducir los viajes en automóvil. Hoy, cerca de un alarmante 40% de los viajes se hacen en automóvil y apenas 2.2 % en dos ruedas.
Claro que la dependencia en vehículos automotores se traduce en mayores emisiones atmosféricas, más ruido, problemas de congestión que a su vez reducen la competitividad de la ciudad, diferenciación por estratos sociales y pérdida de oportunidades.
Tomando hoy las decisiones correctas para impulsar la movilidad en bicicleta podremos en unos años competir en el tema con otras ciudades que inician su transformación como Bogotá, Santiago de Chile o la Ciudad de México. Es alcanzable, incluso multiplicar por tres la cantidad de viajes ciclistas en una ciudad como Guadalajara si todas las políticas en la materia van encaminadas a lo mismo de manera integral.
Pero aun así, con el mejor de los esfuerzos y los mejores resultados estaremos a años luz de las ciudades más aventajadas en el tema.
Algunas pequeñas ciudades holandesas han logrado índices de viajes ciclistas que superan 90% y la capital Ámsterdam sobrepasa el 60% de viajes en bici.
Desde los años 70 Holanda y Dinamarca han sido pioneras en el desarrollo de condiciones apropiadas para desarrollar comunidades ciclistas, desde leyes y normativas que otorgan seguridad al vehículo no motorizado, una cultura vial impecable y los más avanzados criterios en la elaboración de infraestructura ciclista.
Holanda tiene prácticamente una bicicleta por habitante y ha desarrollado una industria ciclista que mueve un billón de euros anualmente y genera miles de empleos. En paralelo se consolida como uno de los países con mayor nivel educativo, mejores condiciones de salud y ambientales y equidad social.
Pueden decir misa nuestros nacionalistas futboleros ramplones: si era o no penal, no importa. Las ciudades holandesas siguen siendo un gran ejemplo a seguir para nuestra Guadalajara.
Originalmente publicado en Máspormás.
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