
Helen Fisher, profesora de Ruters University de New Jersey, ha estudiado 58 culturas de todo el mundo y ha publicado libros como Anatomía del amor, Historia natural de la monogamia, Adulterio y divorcio, y Por que amamos, naturaleza y química del amor romántico.
Dicha autora sostiene que a las mujeres les apetece tanto hacer el amor como a los hombres, pero difieren en cuanto a las fantasías y circunstancias que despiertan su libido.
Los hombres se excitan más ante estímulos sexuales visuales y los signos de juventud, salud y fertilidad en las mujeres, por el contrario las mujeres se sienten más atraídas por los signos de compromiso, estatus y recursos materiales, el apetito sexual de las mujeres es más sensible, es por ello que las mujeres tienen una mayor tendencia a la bisexualidad.
Si bien la libido de la mujer es más intensa, también es menos constante, y su contexto social y emocional es más amplio, y es “exactamente igual de duradera en el transcurso vital.
Asistimos hoy a una gradual desaparición de la doble moral sexual. Las mujeres comienzan a tener experiencias sexuales más tempranamente, asimismo tienen más amantes antes del matrimonio y llevan a cabo más experimentos sexuales con sus parejas. Vemos así mujeres que disfrutan de la promiscuidad, otras que contratan los servicios de taxi boys, otras son bisexuales o lesbianas. Hoy en día las mujeres comienzan a expresar su sexualidad desde la temprana adolescencia hasta la vejez. H. Fischer opina que es “una vuelta, tal vez, a los modos de vida ancestrales de las mujeres.
Muchos son los factores que han contribuido al avance de la libertad sexual entre los que podemos señalar el predominio de la vida urbana, la disminución del analfabetismo, el desarrollo de la educación, una mayor independencia económica, el aumento de las tasas de divorcio, la reducción del tamaño de las familias como consecuencia de métodos confiables de contracepción y por último y no menos importante la influencia de los medios de comunicación (TV satelital, internet, etc.)
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Entrada anterior: De San Valentin a Helen Fisher.
Los hombres se excitan más ante estímulos sexuales visuales y los signos de juventud, salud y fertilidad en las mujeres, por el contrario las mujeres se sienten más atraídas por los signos de compromiso, estatus y recursos materiales, el apetito sexual de las mujeres es más sensible, es por ello que las mujeres tienen una mayor tendencia a la bisexualidad.
Si bien la libido de la mujer es más intensa, también es menos constante, y su contexto social y emocional es más amplio, y es “exactamente igual de duradera en el transcurso vital.
Asistimos hoy a una gradual desaparición de la doble moral sexual. Las mujeres comienzan a tener experiencias sexuales más tempranamente, asimismo tienen más amantes antes del matrimonio y llevan a cabo más experimentos sexuales con sus parejas. Vemos así mujeres que disfrutan de la promiscuidad, otras que contratan los servicios de taxi boys, otras son bisexuales o lesbianas. Hoy en día las mujeres comienzan a expresar su sexualidad desde la temprana adolescencia hasta la vejez. H. Fischer opina que es “una vuelta, tal vez, a los modos de vida ancestrales de las mujeres.
Muchos son los factores que han contribuido al avance de la libertad sexual entre los que podemos señalar el predominio de la vida urbana, la disminución del analfabetismo, el desarrollo de la educación, una mayor independencia económica, el aumento de las tasas de divorcio, la reducción del tamaño de las familias como consecuencia de métodos confiables de contracepción y por último y no menos importante la influencia de los medios de comunicación (TV satelital, internet, etc.)
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