A principios del 2008, ya bajo el liderazgo de Benedicto XVI, la Iglesia católica presentó en voz del Arzobispo Gianfranco Girotti -número dos de El Vaticano- una serie de nuevas formas de pecados sociales, entre las que destaca el acto de contaminar. Durante los meses siguientes, fue el mismo Papa el que realizó varios llamados a la protección del ambiente, acentuando que temas como el cambio climático se han vuelto de extrema importancia para la humanidad. El Vaticano ha instalado, con bombo y platillo, paneles fotovoltaicos en sus edificios, ha organizado seminarios científicos para entender el calentamiento global y en su reciente visita a México el Papa incluyó el tema entre los asuntos a tratar con el presidente Calderón y usó un vehículo híbrido. Sin embargo, nada de eso es comparable a la huella de carbono que dejó la visita papal a Silao. La asistencia de 700 mil feligreses implicó la movilización de más de 13,500 autobuses y 18 mil autos provenientes de todos los rincones del...