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Mostrando las entradas de diciembre, 2012

Un tren para los autos

Transitar hacia una movilidad sustentable implica concebir la mejora del sistema de transporte público, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para transformar los hábitos de la comunidad y reducir la cantidad de automóviles en las calles sustituyendo viajes en automóvil por viajes eficientes.  Esto implica concebir una política integral de transporte que además de crear alternativas eficientes al auto, reduzca, paulatinamente, los privilegios de los que goza. Implica, entre otras cosas, reducir la capacidad vial de las calles. Por extraño que parezca, es la única manera que ha demostrado, en diferentes partes del mundo, reducir los problemas de congestión vial. El corredor diagonal por el que se plantea construir una nueva línea de Tren Ligero tiene una longitud de 21 kilómetros que, si se hiciera por superficie, como la mayor parte de la línea 1, tendría un costo total aproximado de 4,400 millones de pesos, cuatro veces el costo del Macrobús que se

Los vidrios ya estaban rotos

Basta caminar por casi cualquier banqueta de la ciudad para darse cuenta de la poca importancia que nuestra sociedad otorga a la ley. Las banquetas siempre están invadidas por autos y sólo pocos ciudadanos se atreven a recriminar el acto al automovilista, la inmensa mayoría suele tolerar la infracción como si se tratara de un acto de mera descortesía. No lo es. Pero los autos en la banqueta son sólo la base de toda una cadena de profundas irregularidades de una sociedad que francamente tolera el abuso sistemático de unos contra otros. Así se trate del vertedero de contaminantes en un río, de la quema de bosques para ejecutar desarrollos inmobiliarios, de abusos policiacos en contra de ciudadanos ejerciendo su derecho al uso de la calle y su libertad de expresión o del despliegue de las fuerzas militares desatando una guerra sangrienta que lleva 80 mil muertos y ha normalizado las imágenes de violencia en el imaginario colectivo. No parece, o al menos yo no l