En enero de 1978 un tribunal italiano condenó a un policía llamado Eugenio D’Alberto por proferir una “ofensa imperdonable” a sus superiores: les había llamado “Pinochet”. El juez dictaminó que este término era una “calificación injuriosa”, ya que les acusaba de ejercer el mando con “métodos de naturaleza autoritaria y represiva” (Azócar, Pablo: Pinochet, epitafio para un tirano. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1998). A su muerte, 33 años después del golpe de estado que le instaló de manera ilegítima y brutal en el poder, Pinochet es repudiado como uno de los símbolos universales de la cobardía y la traición e incluso en Chile ha perdido numerosos apoyos desde que se descubrió que, además de ser el máximo responsable de crueles y masivas violaciones de los derechos humanos, saqueó los fondos públicos en proporciones multimillonarias. LEER articulo completo.
Tomado de Rebelion.org
Autor: Mario Amorós.
Y Fidel Castro que? Ese no? Porque no? Achis, achis......
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