La manera más rápida y eficiente de moverse en la ciudad es hacerlo a
bordo de una bicicleta. Eso quedó de manifiesto en el desafío modal
recién llevado a cabo en Guadalajara promovido por la bicired: en
igualdad de condiciones las bicicletas superaron los tiempos de traslado
de motocicletas, automóviles y usuarios del transporte público, a un
costo menor.
Lograr una ciudad en la que más personas decidan realizar sus
trayectos en bicicleta derivaría en automático en un aumento beneficioso
en decenas de indicadores de calidad de vida, de competitividad y
ambientales.
Pero ¿cómo logramos incrementar los viajes en bicicleta?
Las primeras respuestas deberían ser el impulso a una cultura vial de
respeto entre usuarios de la calle y el desarrollo de la
infraestructura ciclista apropiada, pero además, el ciudadano común
necesita tener un mecanismo que incentive la primera experiencia.
En ese campo, los sistemas de préstamo público de bicicletas han
demostrado; en diferentes ciudades del mundo, incluida la Ciudad de
México; ser altamente funcionales no solo como un sistema eficiente de
transporte urbano, sino también como mecanismos de promoción del uso de
la bici.
Nuestra ciudad ha tenido varias experiencias y acercamientos para
consolidar un sistema de bici pública. Si bien existe un empolvado
sistema municipal en Guadalajara de carácter casi recreativo y otro
privado que cubre una pequeña red en torno a áreas que se han venido
consolidando ciclistas, no se ha logrado un proyecto consistente de
bicicleta pública que se plantee para desarrollarse paulatinamente de
manera metropolitana a todas las zonas de la ciudad.
Actualmente, los municipios de Zapopan y Tlajomulco valoran las
posibilidades de contar con sistemas de bicicleta pública en algunas
áreas de sus respectivas zonas urbanas y Guadalajara cuenta con el
proyecto de la zona de accesibilidad preferencial del centro histórico
que incluye, entre otras cosas, poco mas de 80 estaciones de bici
pública para poder implementar algún sistema.
Pero el más avanzado en el tema parece ser Tlaquepaque. A toda
velocidad, el alcalde Alfredo Barba anunció la implementación de un
sistema de Bicicleta pública de altura en el primer cuadro municipal,
mueve sus piezas para conseguir el presupuesto para implementarlo y creó
un OPD de movilidad no motorizada para darle cause institucional.
Pero lo natural sería que esos sistemas crecieran hasta lograr un
alcance metropolitano, ¿qué pasará cuando un sistema municipal choque
con otro? ¿De dónde a dónde será viable transitar en una bicicleta
pública?
Quizá no han entendido aún la magnitud que un sistema de bici pública
puede llegar a tener. Si así fuera, los alcaldes estarían planeando una
instancia intermunicipal que administre un sistema común que creciera
gradualmente sobre toda la metrópoli. Y no.
Originalmente publicado en Milenio.
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